jueves, 31 de julio de 2014

LA VIOLENCIA FAMILIAR

¿Qué es la violencia familiar?
La violencia familiar es la que se produce en el lugar que debería ser el más seguro: El propio hogar. Sin embargo, por razones culturales, en nuestro país este tipo de violencia, hasta hace poco tiempo, fue considerada algo natural y se justificaba que, como medio disciplinario y correctivo, los padres golpearan y humillaran a sus hijos, y a su vez se pensaba que un hombre estaba en su derecho si golpeaba a su esposa. La violencia era considerada el destino de miles de mujeres, niños y niñas, y ancianos y ancianas de nuestro país.
     Desafortunadamente, aunque a nivel social se condena la violencia, hoy en día, se sabe que el 66% de las mujeres mexicanas sufre o ha sufrido algún tipo de violencia familiar. Muchas veces los agresores y las víctimas no alcanzan a identificar que viven en un ambiente violento que no tienen por qué aceptar.

La violencia familiar es un delito punible
     La violencia familiar se produce cuando uno de los integrantes de la familia, abusando de su autoridad, su fuerza física y su poder, maltrata física, emocional o sexualmente a otro de sus miembros.
     La violencia familiar no se justifica bajo ninguna circunstancia y que no es sino la expresión de abuso de poder y de cobardía.
     En la actualidad la violencia familiar está tipificada como un delito y es considerada como causal de divorcio y de limitación para el ejercicio de la patria potestad sobre los hijos. Cuando algún adulto permite que un miembro de la familia agreda o sea víctima pasiva de la agresión, está haciéndose cómplice de la violencia. No hay que confundir el respeto que se debe a las figuras de autoridad en la familia, con la sumisión indiscriminada a sus actos violentos.

La violencia se aprende
     Los comportamientos violentos se aprenden y legitiman no sólo en la calle, sino también en el seno familiar. La familia es un espacio en el que se transmiten pautas y prácticas culturales; a través de ella se inculcan hábitos, se crean e intercambian lazos de solidaridad y comprensión, pero también problemas y conflictos.
     La violencia familiar afecta no únicamente a aquellos miembros que son víctimas directas de ella, sino también a quienes atestiguan los actos violentos. La violencia entre padre y madre afecta a los hijos lesionando su autoestima y su confianza en los demás y en el futuro, creándoles problemas psicológicos y emocionales que impiden su pleno desarrollo humano.

Repercusiones de la violencia familiar
     Las niñas y niños que proceden de hogares con problemas de violencia, reproducirán las mismas conductas violentas de sus padres cuando formen sus propios hogares. Con frecuencia los niños provenientes de hogares violentos presentan un bajo aprovechamiento escolar y problemas de conducta.
     Como es obvio, la violencia que se ejerce en los hogares repercute negativamente en el funcionamiento de la sociedad, por lo tanto es fundamental prevenirla y erradicarla.

Las distintas caras de la violencia
     La violencia no sólo se presenta en forma de golpes. Puede expresarse como una mirada de reproche hasta la violación y en caso extremos, la muerte.
    Puede incluir:
  • Burlas, insultos y menosprecios.
  • Humillaciones en público y en privado.
  • Abandono y negligencia en la atención a necesidades básicas.
  • Coscorrones y pellizcos.
  • Gritos y silencios hirientes.
  • Amenazas y lesiones.
  • Abusos sexuales.
  • Muerte.
     En distintos grados y momentos, la mayoría de las familias incurre en alguna situación de violencia. Sin embargo, esta situación se torna en problema cuando de manera cotidiana se recurre a la violencia como la forma habitual para establecer contacto entre los miembros de la familia.

¿Qué hacer si se convive con una persona violenta?
     Convivir con una persona violenta es sumamente difícil, implica un desgastante esfuerzo físico y emocional. Aunque es muy importante hacer lo posible para convivir sana y tranquilamente, todo tiene un límite: El de la preservación de la integridad física y emocional de todos los miembros de la familia. Ninguno debe estar por encima de los demás. Todos los integrantes de una familia son igualmente importantes, aunque cada uno tenga diferentes responsabilidades y necesidades.
     No permitamos que nadie nos destruya, ni nos hagamos cómplices de la destrucción de ningún miembro de nuestra familia. En este sentido es importante que se tomen algunas medidas para actuar en caso de que la violencia alcance niveles incontrolables. Si este es el caso, estas son algunas recomendaciones:
  • Manténgase fuera del alcance de la persona violenta, durante sus crisis agresivas.
  • Acuerde una clave para comunicar, verbal o telefónicamente, a sus familiares o amigos que se encuentra en una situación de peligro.

  • Tenga preparada siempre una maleta con dinero y la ropa necesaria, de usted y sus hijos, para salir inmediatamente de su casa si se hace necesario.

  • Pida a sus vecinos que llamen a la policía si escuchan gritos de ayuda. Recuerde que la violencia familiar es un delito.
     Las anteriores medidas no son la solución, sino únicamente paliativos que le permitirán ponerse instantáneamente a salvo. Lo más importante es que usted y su familia se acerquen a las instituciones públicas y privadas especializadas en problemas de violencia familiar para recibir la terapia y la orientación que le ayudarán a encontrar la mejor solución a este problema. Tome en cuenta que la violencia familiar es un asunto que afecta a la sociedad en su conjunto y, por lo tanto, toda la sociedad está obligada a solidarizarse con las víctimas de la violencia.
Algunas instituciones que apoyan a las víctimas de la violencia familiar en el D.F. son:
  • Asociación Mexicana contra la Violencia A.C. (COVAC)Teléfonos: (5) 6-25-71-20 y (5) 2-76-00-85
  • Centro de Atención contra la Violencia Familiar (CAVI)Teléfonos: (5) 2-42-62-46 y (5) 2-42-60-25
  • LOCATEL (Líneas: Mujer a mujer y De joven a joven)Teléfono: (5) 6-58-11-11
  • Fundación para la Atención a Víctimas de Delitos y Abuso de Poder (FAVI)Teléfonos: (5) 6-11-40-87 y (5) 5-98-37-63

LA AUTOESTIMA


La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter. En resumen, es la percepción evaluativa de nosotros mismos.1
La importancia de la autoestima estriba en que concierne a nuestro ser, a nuestra manera de ser y al sentido de nuestra valía personal. Por lo tanto, puede afectar a nuestra manera de estar y actuar en el mundo y de relacionarnos con los demás. Nada en nuestra manera de pensar, de sentir, de decidir y de actuar escapa a la influencia de la autoestima.1
Abraham Maslow, en su jerarquía de las necesidades humanas, describe la necesidad de aprecio, que se divide en dos aspectos, el aprecio que se tiene uno mismo (amor propio, confianza, pericia, suficiencia, etc.), y el respeto y estimación que se recibe de otras personas (reconocimiento, aceptación, etc.). La expresión de aprecio más sana según Maslow es la que se manifiesta «en el respeto que le merecemos a otros, más que el renombre, la celebridad y la adulación».2
Carl Rogers, máximo exponente de la psicología humanista, expuso que la raíz de los problemas de muchas personas es que se desprecian y se consideran seres sin valor e indignos de ser amados; de ahí la importancia que le concedía a la aceptación incondicional del cliente.1 En efecto, el concepto de autoestima se aborda desde entonces en la escuela humanista como un derecho inalienable de toda persona, sintetizado en el siguiente «axioma»:
Todo ser humano, sin excepción, por el mero hecho de serlo, es digno del respeto incondicional de los demás y de sí mismo; merece estimarse a sí mismo y que se le estime.1
Todos tenemos una imagen mental de quiénes somos, qué aspecto tenemos, en qué somos buenos y cuáles son nuestros puntos débiles. Nos formamos esa imagen a lo largo del tiempo, empezando en nuestra más tierna infancia. El término autoimagen se utiliza para referirse a la imagen mental que una persona tiene de sí misma. Gran parte de nuestra autoimagen se basa en nuestras interacciones con otras personas y nuestras experiencias vitales. Esta imagen mental (nuestra autoimagen) contribuye a nuestra autoestima.
En virtud de este razonamiento, incluso los seres humanos más viles merecen un trato humano y considerado. Esta actitud, no obstante, no busca entrar en conflicto con los mecanismos que la sociedad tenga a su disposición para evitar que unos individuos causen daño a otros—sea del tipo que sea—.1
El concepto de autoestima varía en función del paradigma psicológico que lo aborde (psicología humanistapsicoanálisis, o conductismo). Desde el punto de vista del psicoanálisis, la autoestima está íntimamente relacionada con el desarrollo del ego; por otro lado, el conductismo se centra en conceptos tales como «estímulo», «respuesta», «refuerzo», «aprendizaje», con lo cual el concepto holístico de autoestima no tiene sentido. La autoestima es además un concepto que ha traspasado frecuentemente el ámbito exclusivamente científico para formar parte del lenguaje popular. El budismo considera al ego una ilusión de la mente, de tal modo que la autoestima, e incluso el alma, son también ilusiones; el amor y la compasión hacia todos los seres con sentimientos y la nula consideración del ego, constituyen la base de la felicidad absoluta. En palabras de Buda, «no hay un camino hacia la felicidad, la felicidad es el camino

Grados de autoestima      

La autoestima es un concepto gradual. En virtud de ello, las personas pueden presentar en esencia uno de tres estados:
  • Tener una autoestima alta equivale a sentirse confiadamente apto para la vida, o, usando los términos de la definición inicial, sentirse capaz y valioso; o sentirse aceptado como persona.4
  • Tener una autoestima baja es cuando la persona no se siente en disposición para la vida; sentirse equivocado como persona.4
  • Tener un término medio de autoestima es oscilar entre los dos estados anteriores, es decir, sentirse apto e inútil, acertado y equivocado como persona, y manifestar estas incongruencias en la conducta —actuar, unas veces, con sensatez, otras, con irreflexión—-, reforzando, así, la inseguridad.4
En la práctica, y según la experiencia de Nathaniel Branden, todas las personas son capaces de desarrollar la autoestima positiva, al tiempo que nadie presenta una autoestima totalmente sin desarrollar. Cuanto más flexible es la persona, tanto mejor resiste todo aquello que, de otra forma, la haría caer en la derrota o la desesperación.

Escalera de la autoestima

Auto reconocimiento: Es reconocerse a sí mismo, reconocer las necesidades, habilidades, potencialidades y debilidades, cualidades corporales o psicológicas, observar sus acciones, como actúa, por qué actúa y qué siente.
Auto aceptación: Es la capacidad que tiene el ser humano de aceptarse como realmente es, en lo físico, psicológico y social; aceptar cómo es su conducta consigo mismo y con los otros. Es admitir y reconocer todas las partes de sí mismo como un hecho, como forma de ser y sentir.
Por auto aceptación se entiende:
  1. El reconocimiento responsable, ecuánime y sereno de aquellos rasgos físicos y psíquicos que nos limitan y empobrecen, así como de aquellas conductas inapropiadas y/o erróneas de las que somos autores.1
  2. La consciencia de nuestra dignidad innata como personas que, por muchos errores o maldades que perpetremos, nunca dejaremos de ser nada más y nada menos que seres humanos falibles.1
En palabras de Albert Ellis:
'Autoaceptación' quiere decir que la persona se acepta a sí misma plenamente y sin condiciones, tanto si se comporta como si no se comporta inteligente, correcta o competentemente, y tanto si los demás le conceden como si no le conceden su aprobación, su respeto y su amor.1
Auto valoración: Refleja la capacidad de evaluar y valorar las cosas que son buenas de uno mismo, aquellas que le satisfacen y son enriquecedoras, le hacen sentir bien, le permiten crecer y aprender. Es buscar y valorar todo aquello que le haga sentirse orgulloso de sí mismo.
Auto respeto: Expresar y manejar en forma conveniente sentimientos y emociones, sin hacerse daño ni culparse. El respeto por sí mismo es la sensación de considerarse merecedor de la felicidad, es tratarse de la mejor forma posible, no permitir que los demás lo traten mal; es el convencimiento real de que los deseos y las necesidades de cada uno son derechos naturales, lo que permitirá poder respetar a los otros con sus propias individualidades.
Auto superación: Si la persona se conoce es consciente de sus cambios, crea su propia escala de valores, desarrolla y fortalece sus capacidades y potencialidades, se acepta y se respeta; está siempre en constante superación, por lo tanto, tendrá un buen nivel de autoestima, generando la capacidad para pensar y entender, para generar, elegir y tomar decisiones y resolver asuntos de la vida cotidiana, escuela, amigos, familia, etc. Es una suma de pequeños logros diarios.

Indicadores de autoestima

Indicios positivos de autoestima

La persona que se autoestima suficientemente:1
  1. Cree con firmeza en ciertos valores y principios, y está dispuesta a defenderlos incluso aunque encuentre oposición. Además, se siente lo suficientemente segura de sí misma como para modificarlos si la experiencia le demuestra que estaba equivocada.
  2. Es capaz de obrar según crea más acertado, confiando en su propio criterio, y sin sentirse culpable cuando a otros no les parezca bien su proceder.
  3. No pierde el tiempo preocupándose en exceso por lo que le haya ocurrido en el pasado ni por lo que le pueda ocurrir en el futuro. Aprende del pasado y proyecta para el futuro, pero vive con intensidad el presente.
  4. Confía plenamente en su capacidad para resolver sus propios problemas, sin dejarse acobardar fácilmente por fracasos y dificultades. Y, cuando realmente lo necesita, está dispuesta a pedir la ayuda de otros.
  5. Como persona, se considera y siente igual que cualquier otro; ni inferior, ni superior; sencillamente, igual en dignidad; y reconoce diferencias en talentos específicos, prestigio profesional o posición económica.
  6. Da por sentado que es interesante y valiosa para otras personas, al menos para aquellos con los que mantiene amistad.
  7. No se deja manipular, aunque está dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.
  8. Reconoce y acepta en sí misma diferentes sentimientos y pulsiones, tanto positivos como negativos, y está dispuesta a revelárselos a otra persona, si le parece que vale la pena y así lo desea.
  9. Es capaz de disfrutar con una gran variedad de actividades.
  10. Es sensible a los sentimientos y necesidades de los demás; respeta las normas sensatas de convivencia generalmente aceptadas, y entiende que no tiene derecho —ni lo desea— a medrar o divertirse a costa de otros.                                        

Indicios negativos de autoestima


La persona con autoestima deficiente suele manifestar algunos de los siguientes síntomas:1
  • Autocrítica rigorista, tendente a crear un estado habitual de insatisfacción consigo misma.
  • Hipersensibilidad a la crítica, que la hace sentirse fácilmente atacada y a experimentar resentimientos pertinaces contra sus críticos.
  • Indecisión crónica, no tanto por falta de información, sino por miedo exagerado a equivocarse.
  • Deseo excesivo de complacer: no se atreve a decir «no», por temor a desagradar y perder la benevolencia del peticionario.
  • Perfeccionismo, o autoexigencia de hacer «perfectamente», sin un solo fallo, casi todo cuanto intenta; lo cual puede llevarla a sentirse muy mal cuando las cosas no salen con la perfección exigida.
  • Culpabilidad neurótica: se condena por conductas que no siempre son objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y delitos y/o los lamenta indefinidamente, sin llegar a perdonarse por completo
  • Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aun por cosas de poca importancia; propia del supercrítico a quien todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le decepciona, nada le satisface.
  • Tendencias defensivas, un negativo generalizado (todo lo ve negro: su vida, su futuro y, sobre todo, su sí mismo) y una inapetencia generalizada del gozo de vivir y de la vida misma.


PASOS PARA LOGRAR EL AUTONCONTROL

PASOS PARA LOGRAR EL AUTOCONTROL

El autocontrol es la habilidad que tenemos nosotros mismos por decidir de manera autónoma en cualquier situación que se nos presente y orientando esas decisiones a aquello que realmente queremos lograr.
Ese decidir, es tanto en decisiones que afecten nuestro alrededor, como en las que afecten nuestro interior.
Por ejemplo, una persona con autocontrol es la que se encuentra con dinero en su bolsillo y tiene la posibilidad de gastarlo en un juego de azar, o de guardarlo en su cuenta de Libertad Financiera para futuras inversiones… Y, escoge la mejor alternativa respecto a lo anhela para su vida (afectando su alrededor).
Y, una persona con autocontrol también es la que se encuentra en situaciones dolorosas como la muerte de un familiar, y decide entre las opciones de permitir su desequilibrio interno por el acontecimiento o controlar sus emociones para proveerse a sí mismo bienestar y a su familia fortaleza (esto afectando su interior primeramente).
En psicología, el autocontrol es tomado como una pieza fundamental para la salud mental, física, psicológica y emocional de toda persona. Es una característica que está en aquellos que mantienen “en sus cabales”, por lo menos la mayoría del tiempo ;)
A continuación quiero mostrarte unos simples pasos para lograr el autocontrol que, después de que los apliques, sin duda verás grandes cambios en ti.

1. Piensa En Lo Bueno Que Ha Salido De Ti

Por lo general, al pasar el tiempo vamos recordando de nuestra vida, con más facilidad, aquellos malos episodios… Van quedando latentes todas esas cosas malas y desagradables que nos han pasado o que hemos hecho.
Tu tarea, es ejercitar tu cerebro a recordar lo bueno, a mostrar en tu mente esas escenas donde has estado lleno de felicidad por los logros que has conseguido, lleno de satisfacción por algo bueno que pasó a tu alrededor y lleno de emoción por traer alegría a otros.
Aumentar tu autoestima a través del recuerdo de aquello maravilloso que has vivido, gracias a ti y a lo que te rodea, gracias a tus logros y éxitos, es algo clave para el autocontrol, porque simplemente recordarás tu valor y tu capacidad en alcanzar las cimas que has soñado, tu capacidad de ser feliz y armonioso en tu interior.

2. Equilibra Tu Razón Y Tus Emociones

Por lo general, cuando vamos a tomar una decisión, nuestros patrones mentales tienden a llevarnos por un camino emocional que racional y lógico.
Por ejemplo, una de las mayores causas de divorcio, son los problemas respecto al dinero. ¿Por qué? No por el dinero en sí, sino por los patrones mentales de cada persona en la relación, respecto al dinero.
Es decir, cada persona tiene emocionalmente cierta de manera de ser respecto a todas las cosas, que posiblemente sea diferente a la de su pareja… En el dinero, podríamos encontrarnos con una mujer proveniente de una familia en la bancarrota, por causa de préstamos bancarios, de padres sumamente endeudados todo el tiempo y con el constante deseos de gastar y gastar.
Por el lado del hombre, podríamos encontrarnos que viene de una familia tacaña, que todo el dinero lo reprimía el padre y lo malgastaba en cosas innecesarias.
Entonces, el deseo de la pareja desde que decidió juntarse es vivir bien, es ser felices y tener tranquilidad. Pero, se ven involucrados los patrones mentales de ambos, guiados principalmente por las emociones… Los cuales los llevan a cada uno a pensar en un camino para lograr esa felicidad, que resulta ser contradictorios entre ambos.
¿Cuál es la solución? Justamente equilibrar esas emociones con la razón, reprogramar su mente para pensar en resultados más que en placeres inmediatos.
Y claro, esto se logra con conciencia. Llegando así a un punto donde objetivamente se sepa que ninguno de los dos caminos los llevan a cumplir su resultado, por lo tanto ningún camino sirve; lo cual vuelve necesario un cambio en la acción que se está llevando a cabo.
Y bueno, más allá de todo esto, en tu vida también debes dar el paso que te lleve al equilibrio interno frente a cualquier decisión o camino que vayas a tomar.
Piensa en los resultados que quieres obtener y aplica la objetividad para escoger el plan de acción que te ayude a llegar a ello que deseas.

3. Decídete A Vivir Como Realmente Deseas

Toma la decisión en tu interior de vivir una vida consciente, de convertir tu realidad en lo que realmente anhelas, de pasar tus días haciendo las actividades que amas y siendo feliz.
Una de las causas principales de las personas con falta de autocontrol, es justamente estar sometidas, prácticamente todos los días, a las decisiones que otros toman por ellos.
Un ejemplo muy claro de esto, es un empleado frente a su jefe. El jefe es quien decide lo que quiere de parte de sus empleados y para su empresa, los empleados no escogen hacer lo que quieran y lo que aman, sino lo que les toque en el puesto que están.
Al final, nos encontramos esclavos empleados sometidos a lo que otra persona decide sobre ellos, y al final vemos como estos se acostumbran a seguir perdiendo el control sobre su vida y sus días.
Tú debes ser diferente. Y no sólo me refiero a un ámbito laboral ni mucho menos, sino a todas las áreas de tu vida. Debes tomar las decisiones necesarias para lograr lo que quieres… Sí, así eso implique superar o controlar tus nervios, fobias, miedos, etc.

4. Ten Paciencia Contigo Mismo

Dale tiempo a la ley de gestación en tu vida… Recuerda que todo tiene su flujo natural y su proceso para ser cumplido. Simplemente empieza a caminar y verás como cada día te vas acercando a la persona que quieres ser y a los resultados que quieres obtener.
Ya conoces los pasos anteriores para llegar al autocontrol, simplemente empieza desde los cambios pequeños hasta los cambios complejos dentro de ti para lograr una reprogramación completa que te permita llegar a tomar las decisiones correctas.
Analiza al final de cada día cómo te fue precisamente ese día en cuanto al autocontrol… Recuerda lo que hiciste y analiza si realmente lo hiciste porque lo querías hacer o porque influencias externas te llevaron a hacerlo.
No te castigues por haberlo hecho mal en algún momento, más bien piensa en que podrás hacerlo bien la próxima vez, y que recibirás un premio de tu parte por el logro ;)
Finalmente, quiero que veas un video que, en lo personal, ha impactado mi vida. La intención es que reconozcas el privilegio que tu vida representa en este planeta, el valor que tiene tu ser para hacer parte de la historia existencial de nuestro mundo.
Verás que vale la pena vivir feliz, vivir como siempre lo has soñado, tomar las decisiones que nazcan en tu interior para llegar a la plenitud y ayudar a quienes se han esmerado por hacer de este, un mundo mejor :)

LA BULIMIA

¿QUÉ ES?

Las personas que padecen bulimia son incapaces de dominar los impulsos que les llevan a comer, pero el sentimiento de culpa y vergüenza tras ingerir muchos alimentos les lleva a una purga (vómitos autoinducidos o empleo de laxantes o diuréticos o ambos), regímenes rigurosos o ejercicio excesivo para contrarrestar los efectos de las abundantes comidas.
Los bulímicos tienen cerca de 15 episodios de atracones y vómitos por semana y, en general, su peso es normal, por lo que resulta difícil detectar la enfermedad. En un solo atracón pueden llegar a consumir de 10.000 a 40.000 calorías.

CAUSAS

En el origen de esta enfermedad intervienen factores biológicos, psicológicos y sociales que desvirtúan la visión que el enfermo tiene de sí mismo y responden a un gran temor a engordar. El enfermo de bulimia siempre se ve gordo, aun cuando su peso es normal, pero no puede reprimir sus ansias de comer. Generalmente la bulimia se manifiesta tras haber realizado numerosas dietas dañinas sin control médico. La limitación de los alimentos impuesta por el propio enfermo le lleva a un fuerte estado de ansiedad y a la necesidad patológica de ingerir grandes cantidades de alimentos.
Hasta el momento se desconoce la vulnerabilidad biológica implicada en el desarrollo de la enfermedad y son más conocidos algunos factores desencadenantes relacionados con el entorno social, las dietas y el temor a las burlas sobre el físico. Muchos de los factores coinciden con los de la anorexia, como los trastornos afectivos surgidos en el seno familiar, el abuso de drogas, la obesidad, la diabetes mellitus, determinados rasgos de la personalidad y las ideas distorsionadas del propio cuerpo.

SÍNTOMAS DE BULIMIA

Generalmente las personas que padecen bulimia han sido obesas o han realizado numerosas dietas sin control médico. Tratan de ocultar los vómitos y las purgaciones, por lo que la enfermedad suele pasar desapercibida durante mucho tiempo. Los síntomas típicos de un cuadro de bulimia son los siguientes:
  • Atracones o sobreingesta de alimentos: El enfermo come una gran cantidad de alimentos en un espacio de tiempo muy corto. No tiene control sobre la ingesta y es tal la ansiedad que cree que no puede parar de comer. 
  • Para prevenir el aumento de peso y compensar el atracón o el exceso de las comidas se provoca vómitos, utiliza laxantes, diuréticos, fármacos, o recurre a otros medios que le permitan controlar el peso, como la practica abusiva de actividades deportivas. 
  • Los ciclos de atracones y vómitos se manifiestan un mínimo de dos veces por semana. 
  • La autoestima del enfermo es baja y la identifica con su cuerpo.
Asimismo, se producen otros cambios físicos y emocionales (depresiónansiedad) que manifiestan el desarrollo de la enfermedad. Los bulímicos se ven gordos, incluso cuando su peso es normal; se avergüenzan de su cuerpo y lo rechazan, por lo que intentan hacer dieta en todo momento. A pesar de todo, la ingestión compulsiva a escondidas o durante la noche es una de las principales características de esta patología. Pueden llegar a gastar una gran cantidad de dinero en comida o recurrir a la que ya hay en casa, que comienza a desaparecer misteriosamente de la despensa. No sienten ningún placer al comer ni preferencias en cuanto al tipo de alimentos, sólo buscan saciarse. Intentan evitar los lugares en los que hay comida y procuran comer solos. Su comportamiento suele ser asocial, tienden a aislarse, y la comida es su único tema de conversación. Además, la falta de control sobre los alimentos les produce grandes sentimientos de culpa y vergüenza.
En cuanto a los signos físicos que evidencian la enfermedad se encuentran la debilidad, dolores de cabeza; hinchazón del rostro por el aumento de las glándulas salivales y parótidas, problemas con los dientes, mareos, pérdida de cabello, irregularidades menstruales, y bruscos aumentos y reducciones de peso, aunque generalmente no sufren una oscilación de peso tan importante como la que se manifiesta en la anorexia. La bulimia puede ir acompañada de otros trastornos como la cleptomanía, el alcoholismo o la promiscuidad sexual. Consecuencias clínicas:
  • Arritmias que pueden desembocar en infartos.
  • Deshidratación.
  • Colon irritable y megacolon.
  • Reflujo gastrointestinal.
  • Hernia hiatal.
  • Pérdida de masa ósea.
  • Perforación esofágica.
  • Roturas gástricas.
  • Pancreatitis.

DIAGNÓSTICOS

El médico sospecha bulimia nerviosa si una persona está demasiado preocupada por el aumento de su peso, que presenta grandes fluctuaciones, en especial si existen signos evidentes de una utilización excesiva de laxantes. Otras pistas incluyen tumefacción de las glándulas salivales de las mejillas, cicatrices en los nudillos por haber usado los dedos para inducir el vómito, erosión del esmalte dental debido al ácido del estómago y un valor bajo de potasio sanguíneo. Sin embargo, el diagnóstico dependerá de la descripción del paciente de una conducta comida excesiva-purga.
El diagnóstico  resulta complicado ya que los episodios de voracidad y vómitos se ocultan con facilidad. Además, algunos síntomas pueden ser confundidos con los de otras patologías. Para un diagnóstico adecuado es necesaria una entrevista psiquiátrica que desvele la percepción que el enfermo tiene del propio cuerpo y la relación que mantiene con la comida. Asimismo, es necesaria una exploración física completa para detectar los trastornos fruto de su comportamiento alimenticio. Los objetivos del tratamiento son corregir los trastornos alimenticios y psicológicos de la enfermedad.

TRATAMIENTOS

Las dos aproximaciones al tratamiento son la psicoterapia y los fármacos. Es mejor que la psicoterapia la realice un terapeuta con experiencia en alteraciones del apetito, pudiendo resultar muy eficaz. Un fármaco antidepresivo a menudo puede ayudar a controlar la bulimia nerviosa, incluso cuando la persona no parece deprimida, pero el trastorno puede reaparecer al interrumpirse la administración del fármaco.
En virtud de la gravedad se puede recurrir a un tratamiento ambulatorio o a la hospitalización. En primer lugar se trata de evitar los vómitos, normalizar el funcionamiento metabólico del enfermo, se impone una dieta equilibrada y nuevos hábitos alimenticios. Junto a este tratamiento, encauzado hacia la recuperación física, se desarrolla el tratamiento psicológico con el fin de reestructurar las ideas racionales y corregir la percepción errónea que el paciente tiene de su propio cuerpo. El tratamiento también implica la colaboración de la familia, ya que en ocasiones el factor que desencadena la enfermedad se encuentra en su seno. La curación de la bulimia se alcanza en el 40 por ciento de los casos, si bien es una enfermedad intermitente que tiende a cronificarse. La mortalidad en esta enfermedad supera a la de la anorexia debido a las complicaciones derivadas de los vómitos y el uso de purgativos.